Desde los inicios del cooperativismo en Colombia y en el mundo, educar financieramente al asociado ha sido la principal tarea como parte de sus valores y principios que rigen al modelo de una empresa cooperativa; sin embargo, ha sido una tarea retadora no solo por ser Colombia un país en desarrollo o por ausencia de cultura de ahorro sino también por los cambios y crisis que se ha enfrentado especialmente en la última década.
En términos macroeconómicos, en estos últimos diez años, el país ha tenido que afrontar múltiples transformaciones, crisis y responsabilidades, como la nueva agenda global de los ODS en 2015, la firma del acuerdo de paz en 2016, la aceptación en 2018 de la -OCDE- en Colombia, el inició de grandes movilizaciones en 2019, sumado a la llegada de miles de migrantes, más el peso de una pandemia que generó un estallido social, son solo algunos sucesos que han sacudido no solo la economía macro del país sino que han hecho que el colombiano tome conciencia sobre la importancia de aprender a ser más responsable con el consumo o gasto pero sobre todo a entender la importancia de saber ahorrar.
Desde siempre y en medio de las crisis, el modelo cooperativo se ha caracterizado por educar y formar e informar aspectos relevantes sobre educación financiera, y la importancia del ahorro como pilar fundamental para alcanzar y mantener libertad financiera.
A través del quinto principio cooperativo. “Las cooperativas proporcionan educación a los socios, a los representantes elegidos, a los administradores y a los empleados para que puedan contribuir de forma eficaz al desarrollo de sus cooperativas” surgen elementos como la educación financiera y la cultura del ahorro que brindan al asociado habilidades en previsión, en cumplimiento de metas, en reducir deudas y facilitan herramientas para la inversión y el crecimiento de su patrimonio.
La Educación [Financiera] se convierte en un factor importante para que las cooperativas apliquen el 5º principio cooperativo en beneficio del asociado, cuyo resultado se ve reflejado en la apropiación de una cultura de ahorro y con niveles óptimos en la administración de ingresos, distribución del gasto, y del ahorro y así el asociado logre consumir responsablemente, gastar en lo necesario y ahorrar para la previsión.