En todo Brasil, hay muchos casos de cooperativas que, a pesar de ser pequeñas en tamaño, son gigantes en el impacto que traen a las comunidades. En diferentes estados y ciudades, pequeños grupos de personas han encontrado en la cooperación la respuesta a grandes desafíos, aumentando su capacidad para llevar una transformación positiva a sus miembros.
Uno de estos casos es el de Cooperabs, una cooperativa de agricultura familiar ubicada en el municipio de Bela Vista de Goiás, Goiás. La cooperativa nació con la intención de aportar mejoras a la comunidad y preservar las tradiciones de la aldea de Matinha. “El ejemplo de unión y cooperación dejado por los pioneros Sr. Antônio Batista y Sra. Etelvina Rosa son un factor fundamental en el éxito de la cooperativa, los valores del hombre rural y la idea de que solo juntos podríamos imaginar un futuro con menos desigualdades sociales, con dignidad y sostenibilidad para las generaciones futuras, evitando así el éxodo rural”, explica José Neto, presidente de Cooperabs.
La unión de los residentes se convirtió en la fundación de la Cooperativa Mixta de Pequeños Productores de Almidón de Yuca y Derivados de la Mandioca de la Región de Cará: Cooperabs (la ABS del nombre honra al patrón del Almidón de Cará, Antônio Batista da Silva). Actualmente, la comunidad cuenta con más de 300 pobladores, quienes realizan actividad económica en la agricultura familiar para la producción y venta de almidón artesanal de tapioca.
Entre los focos de la cooperativa se encuentra la valorización de la vida en el campo y la agricultura familiar, que son pilares esenciales para los cooperativistas. “Las cooperativas juegan un papel crucial en la valoración de la vida en el campo y en la agricultura familiar por varias razones. En primer lugar, la agricultura familiar es una fuente importante de alimentos sanos y de calidad, además de contribuir a la preservación de la cultura local y al mantenimiento de las comunidades rurales. Al apoyar y fortalecer la agricultura familiar, las cooperativas promueven la seguridad alimentaria, el desarrollo económico local y la sostenibilidad ambiental”, dice Neto.
Además, Neto señala que mirar dentro de la comunidad y desarrollar los talentos allí presentes es la pieza clave para que las cooperativas, tengan un lugar destacado en el propósito de Cooperabs. “Nuestra cooperativa valora el trabajo local, priorizando la contratación de familiares de nuestros socios o personas de la propia región. Siempre buscamos generar más oportunidades, especialmente para las mujeres. Cada vez más, son nuestros socios de la cooperativa y tienen su propia participación en la cooperativa, reciben el pago por separado de sus cónyuges y tienen derecho a voz y voto en nuestras asambleas, en igualdad de condiciones”, añade.
Mirando a la juventud
Entre los muchos retos a los que se enfrentan las cooperativas en general está el desarrollo de los jóvenes en el campo. Sin embargo, después de décadas de éxodo rural, se observa un período actual donde la actividad en el campo, cada vez más innovadora y cargada de impacto positivo, ha atraído la atención de las nuevas generaciones. Y en Cooperabs, esto no es diferente.
“Uno de los diferenciales de Cooperabs en relación a los jóvenes es la oportunidad de que los jóvenes participen en la gestión de la cooperativa de manera efectiva, donde varios jóvenes han tenido la oportunidad de participar en consejos a lo largo de la historia. Puedo destacar a nuestra segunda presidenta, la actual alcaldesa de Bela Vista de Goiás, Nárcia Kelly, quien a los 19 años, hizo un trabajo brillante que la proyectó a una carrera en la política. Actualmente, la junta directiva de la cooperativa está compuesta por 3 personas y de estas 2 jóvenes, una de las cuales es mujer”, dice Neto.
Sumado a esto, la cooperativa realiza una labor vital para la formación de sus jóvenes, actuando directamente en la promoción de sus carreras. “Fomentamos el acceso a la información y a la educación. Antes de la cooperativa, la región no contaba con personas con estudios superiores, y actualmente hay 24 egresados o estudiantes que estudian una licenciatura. Muchos de estos estudiantes tuvieron la oportunidad de iniciar sus carreras dentro de la cooperativa. Entendemos que si los jóvenes no se sienten parte de la cooperativa y valoran sus raíces y producción, no se involucrarán y probablemente no querrán seguir el legado de la familia. Nuestra cooperativa trata de involucrar a toda la familia en las actividades de la cooperativa con el objetivo de crear un sentido de pertenencia y así fortalecer todo el ecosistema cooperativo”, subraya.
Fortalecimiento de las empresas a través de la cooperación
Cooperabs ha cambiado la realidad de la comunidad donde se ubica, y hoy cuentan con una importante producción de almidón de tapioca, además de otros productos como la tapioca. Para ello, la cooperativa no solo ha invertido en el desarrollo de sus productores y jóvenes, sino también en la incorporación de prácticas que hacen de los productos cooperativos ejemplos de producción sostenible. Además, la cooperativa insistió en la formación de una fuerte conexión entre los productores, que sustituya a una competencia de larga data.
“La Región de Cará tiene una tradición de producción de derivados de yuca desde 1956, especialmente almidón de yuca. Sin embargo, desde principios de la década de 1990 hasta 2005, hubo una alta competencia entre los productores de almidón de yuca, además de la llegada de almidón industrial del sur de Brasil, además de la escasez de materia prima. Desde la fundación de la cooperativa, la realidad de la región se ha transformado. Ante la necesidad de rescatar la dignidad económica de los pobladores, acabar con la competencia entre productores, posibilitar el retorno de las familias al medio rural y, sobre todo, proveer al sustento de las personas, surgió la cooperativa para que todos pudieran comercializar sus productos con igualdad de oportunidades”, añade.
Tal escenario consolida de una vez por todas una realidad que transforma a Brasil tras bambalinas: el poder de impacto económico de las pequeñas cooperativas que, juntas, superan las cifras de diversos sectores. En un claro ejemplo del lema principal del cooperativismo, las cooperativas forman una red de intensa transformación, llevando prosperidad económica a todos.
Neto destaca esta posición destacada, pero también recuerda que los desafíos aún continúan. “Las pequeñas cooperativas tienen un impacto significativo en sus comunidades al promover el desarrollo económico, social y ambiental. Sin embargo, a menudo se enfrentan a desafíos, como el acceso a recursos financieros, la capacitación técnica y la falta de visibilidad. Es importante brindar más apoyo a esta parte del sector cooperativo, ya que juegan un papel fundamental en la inclusión socioeconómica y en el fortalecimiento de las comunidades rurales”, dice.
Más que reconocer la existencia de estas pequeñas cooperativas, es necesario y urgente brindar un ambiente favorable para que crezcan y se fortalezcan, sin descuidar al productor que está en el centro del negocio. “Para incentivar e impulsar el trabajo de estas cooperativas, es necesario invertir en programas de capacitación y asistencia técnica específicos a sus necesidades, facilitar el acceso a líneas de crédito y recursos financieros, promover alianzas entre cooperativas e instituciones públicas y privadas, además de crear canales de comercialización y difusión de sus productos”, concluye.
Fuente: https://mundocoop.com.br