El cooperativismo y la economía social y solidaria está mostrando en los últimos años un vigoroso repunte a nivel global. Los cambios en la sociedad han creado nuevos espacios para la expansión de la economía de la solidaridad, fortaleciendo conceptos como el de la ayuda mutua y generando procesos de cooperación económica entre personas y comunidades en muchas regiones del mundo.
La reactivación y recuperación económica post pandemia ha facilitado la conformación o el fortalecimiento de cooperativas en múltiples campos de la economía y ha permitido que millones de personas alrededor del mundo encuentren en estas formas de organización y de economía, un camino de inclusión que les permite atender de mejor manera sus necesidades, así como desarrollar procesos económicos sostenibles.
En 2022, los reconocimientos a la ESS alcanzaron niveles importantes. Organismos multilaterales como la ONU, OIT, FAO y CEPAL reiteraron a través de documentos, recomendaciones y programas el papel que cooperativas y empresas de la economía social y solidaria tienen en el desarrollo. Las redes internacionales de la ESS estuvieron muy activas en la difusión del impacto positivo que sobre las comunidades tuvieron este tipo de empresas durante la crisis pandémica. Los hechos y acciones cooperativas confirmaron, una vez más, el poder de la cooperación y de este tipo de organizaciones soportadas en valores y principios.
2023 apunta a ser un año fundamental para la consolidación del modelo y la ampliación de su radio de acción en la sociedad. Entre nosotros también se siente un renovado interés en conocer, promover y consolidar a las organizaciones cooperativas y de economía solidaria.
El Gobierno Nacional ha expresado, en múltiples oportunidades, su interés en fortalecer este tipo de organizaciones, hacerlas partícipes de programas sociales y económicos y estimular la organización de procesos locales, derivados de la economía popular, para que bajo esquemas asociativos fundamentados en la solidaridad económica puedan consolidarse en el mediano plazo.
Iniciando año se han generado diversas acciones en ese sentido. Anuncios relacionados con la Estrategia de inclusión crediticia de la economía popular, encaminada a generar mecanismos de acceso formal al microcrédito productivo, el Programa de Asociatividad Solidaria para la Paz, que define 15 componentes de trabajo, adoptados por la Comisión Intersectorial de Economía Solidaria y reflejados en el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo, la reglamentación del programa de compras públicas locales y la reglamentación para que las mipymes puedan asociarse en cooperativas, próxima a concretarse, entre otros, envían señales de interés para el cooperativismo y la economía solidaria.
Por su parte, la respuesta cooperativa a estas oportunidades globales y locales está en marcha. Comprender los desafíos actuales sobre nuestra sociedad y la capacidad de nuestras organizaciones para responder a los requerimientos y necesidades que el momento actual exige, es una prioridad sectorial.
La capacidad de adaptación y flexibilidad frente a la crisis de la pandemia constituyeron un elemento clave para nuestras organizaciones. Pero hoy eso solo no es suficiente. Ya es historia.
Los cambios son de tal magnitud y de tal velocidad que nos obligan a actuar con una visión más amplia, común y compartida si queremos mantener y profundizar la presencia del modelo cooperativo en el país. Desde Confecoop adelantamos un proceso de pensamiento crítico y de liderazgo colectivo, esencial para construir los nuevos escenarios de acción cooperativa, que nos permitan responder de manera oportuna a esas oportunidades que se vislumbran, pero que requieren un cambio de paradigma en la forma como hasta ahora hemos enfrentado los desafíos del pasado.
Con la participación activa de dirigentes de todo el país, se desarrolló un Taller Tandem Convergencia, co-creación y conciencia, que partió de la base de resignificar y reconocer el papel e importancia del cooperativismo a nivel local y global; generar un espacio de co-creación que permita imaginar una forma de llevar el cooperativismo a un nuevo nivel; crear un espacio de reflexión colectiva e identificar las capacidades del sector, todo ello con el fin de avanzar hacia una convergencia, en torno al sexto principio, “cooperación entre cooperativas” y, de esta manera, ponernos a tono con lo avances globales de las cooperativas.
2023 inicia con enormes desafíos, pero también con la esperanza en una economía más cooperativa y solidaria, que busca la inclusión social, cultural, económica y ambiental, procurando no dejar a nadie atrás. De allí que se requiera la voluntad política y la suma de ideas, iniciativas socio-empresariales y recursos para alcanzar ese nuevo nivel cooperativo y de la ESS en el país.
Carlos Ernesto Acero Sánchez
Presidente Ejecutivo
Confederación de Cooperativas de Colombia – Confecoop