La Cooperativa Financiera de Antioquia, CFA, fundada hace 23 años, surgió fruto de la fusión de dos cooperativas en una coyuntura económica compleja para el país. Lo que antes las separaba terminó siendo un factor de integración y acción.
Fortalecer el modelo cooperativo que ofrecían para responder a las necesidades de sus asociados y garantizar su permanencia, la estabilidad de sus ahorros y el impacto social en las comunidades que atendían en distintas regiones de Antioquia y Colombia, fue el objetivo con el cual, en abril del 2000, se fusionaron las cooperativas Donmatías y Coobancoquia para darle origen a la Cooperativa Financiera de Antioquia, CFA.
Jorge Corrales, actual gerente y quien lleva en la entidad el mismo tiempo que esta ha funcionado, recuerda que en aquella época el país afrontaba una coyuntura económica compleja que motivó a ambas cooperativas a tomar la decisión, pensando en el bien de sus asociados y sus familias, dado el impacto social tan significativo que tenían con sus actividades, en especial las de ahorro y crédito.
“Una de las grandes cualidades de ese proceso fue que los directivos de ambas cooperativas dejaron de lado sus intereses personales y priorizaron el bienestar de las comunidades. Vieron la necesidad de juntarse para convertirse en una alternativa económica en todas las regiones de Antioquia y del país, y fortalecer su proyecto social para servir como garantía o vehículo del desarrollo de diversos programas”, recuerda Corrales.
$545.000
millones en activos administra la cooperativa CFA en la actualidad.
Su evolución
Tras 23 años de labores, es lógico que la cooperativa CFA ha tenido una evolución en sus enfoques, a la par de los cambios que han acontecido en el entorno y en el sector.
La diferencia principal, afirma Corrales, es que en aquel tiempo las cooperativas estaban muy concentradas en satisfacer las necesidades de crédito de sus asociados: Coobancoquia con los empleados del entonces Banco Comercial Antioqueño, y Donmatías con una vocación más rural, prestándoles recursos a pequeños productores y microempresarios.
Hoy, la CFA gestiona un modelo de redes y circuitos económicos que consiste en la articulación de pequeños productores y comerciantes de las regiones mediante formas asociativas. A su vez, promueve la creación de empresas a partir del esfuerzo individual. Así, busca que se creen entidades de carácter social y económico con cobertura en todo el territorio antioqueño.
“Hoy podemos decirle a la sociedad que, por ejemplo, tenemos mujeres que antes extraían oro del río y ahora son joyeras, y muchos proyectos agroindustriales que son asociativos y que les permiten enfrentarse al mercado de manera colectiva, con esfuerzos individuales, y se conectan con cadenas productivas para su comercialización”, expone el gerente.
A lo anterior, se suman intervenciones sociales en las que se involucran capacitaciones, asistencias técnicas, relacionamiento y creación de confianza entre ellos mismos, para que puedan resolver y visualizar proyectos comunes que les permitan tejer una red empresarial con objetivos claros hacia el futuro.
La labor social
Otro aspecto que resalta Jorge Corrales es la labor social que desempeña la entidad mediante su Fundación CFA. Más de 40.000 personas son beneficiadas en sus programas de salud, recreación, capacitación, formación, emprendimiento, cultura, becas.
Ana Pastora Lopera es asociada desde 1986, pues se vinculó con la Cooperativa Donmatías, municipio donde nació. En aquella época tenía veinte años y muchos sueños por cumplir, entre ellos ser empresaria. Hoy, 37 años después, dice que con el apoyo de la entidad lo hizo realidad.
“Me prestaron un millón de pesos y fue una bendición maravillosa porque pude tener una pequeña empresa de confección. Con los años, esta fue creciendo, y hoy ya son 32 años de labores. Mi esposo también es asociado de la CFA, mis tres hijos son empresarios y a todos les dieron crédito para sus empresas”, expresa Ana.
Por otro lado, Ángela Vargas, directora regional de la Cooperativa, completará en 2024 treinta años de labores en la entidad —ingresó a la Cooperativa Donmatías—, tiempo en el que ha acumulado aprendizajes, conocimientos, experiencias y crecimientos profesionales que le han permitido realizarse como persona y empleada.
“Esta es una entidad enfocada en los valores, en la que se les da importancia a la ética, el compromiso y la excelencia en cada uno de nuestros comportamientos y acciones, y en la atención a los asociados. Hace veinte años teníamos pequeños comerciantes que hoy son grandes generadores de empleo y de condiciones especiales de empleabilidad en distintas comunidades”, asegura Vargas.
Una entidad que ha crecido a la par de sus asociados.
Sus hitos
1. La consolidación de su proyecto con una mayor cobertura en el ámbito regional y nacional. Pasó de ser una cooperativa de región a una de país, con presencia en Antioquia, pero además en Bogotá, Cali, Barranquilla, Montería, Cartagena, entre otras ciudades.
2. Ha dinamizado sus procesos, con apuestas ya no tan orientadas a gestionar crédito, sino a diversificar su portafolio de productos en las diferentes actividades económicas del país, involucrándose en temas como comercio, industria, minería, entre otros.
3. La implementación del modelo de redes y circuitos económicos con el que hoy es referente en Colombia y está trabajando con cámaras de comercio y alcaldías para impactar en microempresarios informales.
Fuente: El Colombiano